Cuándo ya no puedes más
Ya no puedo más… es la frase que más escuchamos y leemos:
Y la mayoría de las veces somos incapaces de dejar ir y dejar actuar a Dios en nuestras vidas.
Es por experiencia propia la cual me motiva a escribir esto porque tal vez te has encontrado en la misma situación.
Hay veces cuando pudiéramos, realmente, tener el recurso de un milagro, pero El no lo hace. Las expectativas no satisfechas producen confusión, decepción e incluso enojo. Porque Dios me fallo?
Dios actúa de ambas maneras, tanto sobrenatural como normal, y El determina el método.
A veces, Dios utiliza medios normales para movernos en una nueva dirección. La reducción de la fuente de abastecimiento le abrió a Elías la puerta para comenzar una nueva “tarea”. Cuando el Señor no hace una intervención milagrosa, y deja que el arroyo de usted se le seque, es porque le tiene preparado algo.
Ver la obra de Dios en lo milagroso es fácil, pero El está involucrado en los aspectos comunes y corrientes de la vida, tanto como en los hechos sobrenaturales. El esta allí, abriendo y cerrando puertas, quitando una oportunidad pero dando otra.
Al dejar ir y dejar a Dios actuar, dejas ir tus temores y preocupaciones acerca del futuro. Dios está a cargo, y sé que Dios me guía al lugar donde encontrare la mayor paz.
Dejemos a Dios actuar no le reprochemos, no le pidamos explicación el sabe que es lo mejor para nosotros y porque hace las cosas simplemente porque El es Dios… dejemos ir al pasado para que Dios pueda actuar.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús… Filipenses 3:13-14
No te aferres hoy a una situación negativa que pueda estarte robando vitalidad, energía, creatividad y el entusiasmo de vivir. Como dice el dicho: Aprende a Soltar y deja que Dios se encargue del asunto.
Confía en que el Señor te guiará hacia el consejo sabio y las nuevas oportunidades que tiene reservadas para ti.
Confía en el Señor… aun hay esperanza, bendiciones
A. Marie